PRESENTACIÓN
¡"Lejos
de nosotros abandonar al Señor...!
La
asamblea de Siquem.
Con
Josué se ha tomado posesión de la Tierra Prometida.
Algunos
grupos hermanos, que no habían estado en Egipto, se les
unieron. No estuvieron en el Sinaí.
La
Tierra prometida tiene un peligro para los que han hecho
Alianza con Yhavhé en el desierto: los dioses y los
cultos cananeos.
A
todos los convoca Josué: a unos, para renovar el Pacto,
la Alianza, con las consecuencias que se derivaban de
él; a los otros, para que lo asumieran.
Si
están allí es porque Dios los ha elegido entre todos
los pueblos como "su pueblo", porque los ha
amado, los ha sacado de la casa de la esclavitud, los ha
guiado a través de un inmenso desierto y les ha dado la
tierra que "mana leche y miel"
Ahora,
en Siquem, hay que dar un paso en la unidad como pueblo
y más aún como pueblo de Dios.
Ya
no basta con el parentesco: hijos de Abraham, Isaac y
Jacob; si no hay una unidad religiosa, si no hay un solo
y único Dios, una alianza con Él y una unidad en el
compromiso, lo demás es muy flojo para aglutinar a
todos los grupos.
Así
lo plantea Josué: "Escoged a quién queréis
servir: a los dioses a quienes sirvieron vuestros
antepasados al este del Eúfrates o a los dioses de los
amorreos, en cuyo país habitáis".
El
pueblo respondió: "¡Lejos nosotros de abandonar
al Señor..."!; Él es nuestro Dios; Él nos sacó
de Egipto; Él nos protegió y nos ha traído hasta
aquí.

Tú eres el Dios
que nos salva.
¿En quién podemos
poner nuestra confianza?
Yo también te
serviré, pues eres mi Dios.
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LIBRO
DE JOSUÉ 24,
1-2a. 15-17. 18b
Nosotros
serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!
En aquellos días,
Josué reunió a las tribus de Israel en Siquién.
Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas
de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron
ante el Señor. Josué habló al pueblo: "Si
no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a
quién queréis servir: a los dioses que sirvieron
vuestros antepasados al este del Éufrates o a los
dioses de los amorreos en cuyo país habitáis; yo
y mi casa serviremos al Señor." El pueblo
respondió: "¡Lejos de nosotros abandonar al
Señor para servir a dioses extranjeros! El Señor
es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a
nuestros padres de la esclavitud de Egipto; él
hizo a nuestra vista grandes signos, nos protegió
en el camino que recorrimos y entre todos los
pueblos por donde cruzamos. También nosotros
serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!"
Palabra
de Dios
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