PRESENTACIÓN
Cuántos cristianos hoy,
como, posiblemente, aquellos cristianos de la Roma de San
Marcos, se harán la pregunta sobre el divorcio. Y hoy, como
ayer, hemos de acudir a las palabras de Jesús, que
remontándose a lo que decía la Escritura, dio el significado
definitivo.
Existía el divorcio en
Israel, en la Ley de Moisés; se hablaba del "acta de
repudio". Los maestros de Israel discrepaban sobre las
causas que permitían el divorcio; unos eran más estrictos y
otros más laxos.
Jesús quiere dejar claro
que si Moisés permitió el divorcio, no era por la
voluntad de Dios, sino por su "terquedad".
Remontándose a la creación,
Jesús recuerda que Dios creó al hombre y a la mujer para la
unidad y la complementariedad.
Jesucristo, el Hijo de Dios
hecho hombre, es el auténtico intérprete de la Escritura. Y,
después de dejar clara la unidad del hombre y la mujer en el
matrimonio, dejando la casa paterna, afirmará que lo que
Dios ha unido no lo separe el hombre.
Si a causa de la terquedad
Moisés permitió el divorcio, éste nunca puede ser el ideal.
El creyente no debe desoír lo que se le presenta como
voluntad de Dios. En el matrimonio, el ideal del Creador es
la unión perpetua del hombre y la mujer.
En nuestra sociedad, en la
que tan fácilmente se concede el divorcio, los cristianos
deberían vivir el matrimonio desde el plan de Dios, siendo
signos de la novedad cristiana.
Ni tanta superficialidad a
la hora de optar por el sacramento del matrimonio, ni tanta
ligereza a la hora de romperlo.
LECTURA DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 10, 2-16
Lo
que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
En aquel
tiempo, se acercaron unos fariseos y le
preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba:
"¿Le es lícito a un hombre divorciarse
de su mujer?" Él les replicó: "¿Qué
os ha mandado Moisés?" Contestaron:
"Moisés permitió divorciarse, dándole
a la mujer un acta de repudio." Jesús
les dijo: "Por vuestra terquedad dejó
escrito Moisés este precepto. Al principio de
la creación Dios "los creó hombre y
mujer. Por eso abandonará el hombre a su
padre y a su madre, se unirá a su mujer, y
serán los dos una sola carne". De modo
que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que
Dios ha unido, que no lo separe el
hombre." En casa, los discípulos
volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él
les dijo: "Si uno se divorcia de su mujer
y se casa con otra, comete adulterio contra la
primera. Y si ella se divorcia de su marido y
se casa con otro, comete adulterio."
Palabra del Señor.A
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