REFLEXIONES  

 

 

REFLEXIÓN - 1

"PERSONAS DE ¨PRINCIPIOS¨"

No son muchos, pero están ahí, en los países más lejanos, entre las culturas más diversas, en medio de la pobreza y la marginación.

Para unos, son héroes; han sido capaces de olvidarse de sí mismos y de los suyos para dedicar su vida a los más desheredados. Han dado a su vida un sentido: hacer un mundo mejor, más justo, más humano y más libre.

Unos, movidos por su fe, otros, por su solidaridad, otros por un gran sentido de justicia.

Son personas de esperanza, saben que, aunque a veces parezca lo contrario, nada de lo que hacen es inútil; saben que van construyendo un mundo nuevo.

Frente a ellos una gran mayoría, para los que la vida son cuatro días que hay que aprovechar para disfrutar, para acaparar, para subir, pisando y aprovechándose de los demás, si es necesario.

Y los que sobresalen son tenidos como los listos, los triunfadores, los envidiados...

Antes se hablaba de las personas de "principios"; hoy parece que han desaparecido los principios, sustituidos por la mentira, la extorsión y el "todo vale".

Me decía el otro día una persona: "Es que si no somos como todo el mundo, nos tienen por tontos, se ríen de nosotros, nos dan de lado".

Nosotros, cristianos, no podemos ser "como todo el mundo". Nosotros tenemos "principios".

Y el primero de nuestros principios es Jesucristo y todo lo que ha hecho por nosotros. Nuestra vida sólo tiene sentido en Él y desde Él.

Ha muerto y resucitado por nuestra salvación y ha inaugurado un tiempo nuevo: el Reino de Dios. Así que nuestros principios son vivir ya ahora en las categorías de ese Reino, que un día llegará a su plenitud.

Si el Reino es Vida, nosotros debemos defenderla desde el principio hasta el final; si el Reino es Verdad, debemos ir con ella por delante; si el Reino es Justicia, con ella pesaremos las acciones; si el Reino es Paz, la no-violencia activa será nuestra fuerza.

Sufriremos persecución por parte de los negociantes de la muerte, de los fabricantes de mentiras, de los manipuladores de la ley, de los fuertes y poderosos, para los que nuestra vida será una denuncia y una condena.

Pero seamos fuertes; no perdamos ni la fe ni la esperanza.

El Reino de Dios llegará a su plenitud en la vida eterna.

Cuando todo acabe, aparecerá el Hijo del Hombre, el Señor, sobre la nube, con poder. Nuestra vida no es inútil.

Es verdad que no sabemos cuándo, pero mantenemos la esperanza. Él no puede engañarnos.

 

REFLEXIÓN - 2

"ESPERANZADOS"

Los signos de desesperanza no son siempre del todo visibles, pues la falta de esperanza  puede disfrazarse de optimismo superficial, activismo ciego o secreto pasotismo.

Por otra parte, son bastantes los que no reconocen sentir miedo, aburrimiento, soledad y  desesperanza porque, según el modelo social que se lleva, se supone que un hombre que  triunfa en la vida, no puede sentirse solo, aburrido o temeroso. Eric Fromm, con su habitual  perspicacia, ha señalado que el hombre contemporáneo está tratando de librarse de  algunas represiones como la sexual, pero se ve obligado a «reprimir tanto el miedo y la  duda, como la depresión, el aburrimiento y la falta de esperanza». Otras veces, nos defendemos de nuestro «vacío de esperanza», sumergiéndonos en la  actividad. No soportarnos estar sin hacer nada. Necesitamos estar ocupados en algo, para  no enfrentarnos a nuestro futuro.

Pero, la pregunta es inevitable: ¿qué nos espera después de tantos esfuerzos, luchas,  ilusiones y sinsabores? ¿No tenemos los hombres otro objetivo sino producir cada vez más,  distribuirnos cada vez mejor lo producido, y consumir más y más, hasta ser consumidos por  nuestra propia caducidad? 

EP/NECESIDAD: El hombre necesita una esperanza para vivir con plenitud. Una  esperanza que no sea «una envoltura para la resignación», como la de aquellos que se las  arreglan para organizarse «una vida tolerable» y aguantar bastante bien la aventura de  cada día. Una esperanza que no debe confundirse nunca con una espera pasiva, que no es, con  frecuencia, sino «una forma disfrazada de desesperanza e impotencia» (E. Fromm). Una esperanza que no es tampoco el arrojo ciego y falto de realismo de quien actúa a la  desesperada, sin amor a la vida, y por tanto, sin temor a destruir a otros o a que le  destruyan a él.

El hombre necesita en su corazón una esperanza que se mantenga viva aunque otras  pequeñas esperanzas se vean malogradas e incluso completamente destrozadas. Los cristianos encontramos esta esperanza en Jesucristo y en sus palabras que "no  pasarán". No esperamos algo que «no puede ser».

Nuestra esperanza se apoya en el hecho inconmovible de la resurrección de Jesús. A partir de las palabras del resucitado nos atrevemos a ver la vida presente en «estado  de gestación» como algo que no nos ha entregado todavía su último secreto, como germen  de una vida que alcanzará su plenitud final sólo en Dios. 

JOSE ANTONIO PAGOLA

(mercabá)

 

REFLEXIÓN - 3

"BROTES TIERNOS"

El cristiano está viviendo ya el tiempo donde lo definitivo se hace presente. Según nos  dice Jesús en el Evangelio hemos de poner nuestro empeño en descubrir signos del tiempo  nuevo, indicadores del buen camino, brotes tiernos donde resurge ánimo y esperanza.  Ciertamente aparecen frutos propios del Reino de Dios aunque aún inmaduros: algo más de  justicia y de paz, de reconciliación y fraternidad. Estos signos hay que detectarlos,  saludarlos, señalarlos y potenciarlos vengan de donde vengan. Pero también por su parte,  como convencido de la trascendencia de este tiempo de espera y trabajo, él mismo como  creyente unido a otros, en Iglesia, ha de ser creador incansable de signos visibles  salvadores. Así podrá constatarse inequívocamente que el Reino de Dios se está  acercando, está entre nosotros.

JUANJO MARTINEZ