INSTRUCCIÓN GENERAL DEL
MISAL ROMANO
Capítulo IV
DIVERSAS FORMAS DE
CELEBRAR LA MISA
II. LA MISA CONCELEBRADA
Liturgia de la Palabra
212. Durante la Liturgia de la Palabra los
concelebrantes ocupan su propio lugar y se sientan y se
levantan, de la misma forma como lo hace el celebrante
principal.
Iniciado el Aleluya, todos se
levantan, excepto el Obispo, quien pone incienso al turíbulo sin
decir nada, y bendice al diácono o, si no hay un diácono
presente, al concelebrante que proclamará el Evangelio. Pero en
la concelebración que preside un presbítero, el concelebrante
que proclama el Evangelio cuando no está presente un diácono, ni
pide ni recibe la bendición del concelebrante principal.
213. La homilía la hará de ordinario el
celebrante principal o uno de los concelebrantes.
Liturgia Eucarística
214. Al celebrante principal corresponde
la preparación de los dones (cfr. núms. 139-146), durante la
cual los demás concelebrantes permanecen en sus lugares.
215. Después de haber dicho el celebrante
principal la oración sobre las ofrendas, los concelebrantes se
acercan al altar y permanecen cerca de él, pero de tal modo que
no impidan el desarrollo de los ritos y que la acción sagrada
pueda ser bien presenciada por los fieles, ni que sean
impedimento al diácono cuando, por razón de su
ministerio, debe acercarse al altar.
El diácono desempeñe su propio ministerio
cerca del altar, sirviendo, cuando sea necesario, en lo que se
refiere al cáliz y al misal. Sin embargo, en cuanto sea posible,
permanezca un poco detrás de los sacerdotes concelebrantes,
quienes están de pie cerca del concelebrante principal.