INSTRUCCIÓN GENERAL DEL
MISAL ROMANO
Capítulo IV
DIVERSAS FORMAS DE
CELEBRAR LA MISA
II. LA MISA CONCELEBRADA
Liturgia Eucarística
Plegaria Eucarística II
226. En la Plegaria Eucarística II
Santo eres en verdad, Señor, es dicho sólo por el celebrante
principal, con las manos extendidas.
227. Desde Por eso te pedimos que
santifiques, hasta Te pedimos humildemente, todos los
concelebrantes lo dicen simultáneamente, de este modo:
a) Por eso te pedimos que
santifiques, con las manos extendidas hacia las
ofrendas.
b) El cual, cuando iba a ser
entregado a su Pasión y Del mismo modo, acabada la
cena, con las manos juntas.
c) Las palabras del Señor, si parece
conveniente, con la mano derecha extendida hacia el pan y
hacia el cáliz; pero en la elevación miran la Hostia y el
cáliz y luego se inclinan profundamente.
d) Así, pues, Padre, al celebrar
ahora, y Te pedimos humildemente, que el Espíritu
Santo con las manos extendidas.
228. Las intercesiones por los vivos
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia y por los difuntos
Acuérdate también de nuestros hermanos, conviene
encomendarlas a uno u otro de los concelebrantes y las pronuncia
él solo con las manos extendidas, en voz alta.
Plegaria Eucarística III
229. En la Plegaria Eucarística III
Santo eres en verdad, Padre, es dicho sólo por el celebrante
principal, con las manos extendidas.
230 Desde Por eso, Padre, te
suplicamos, hasta Dirige tu mirada, sobre la ofrenda
lo dicen simultáneamente todos los concelebrantes, de este modo:
a) Por eso, Padre, te suplicamos,
con las manos extendidas hacia las ofrendas.
b) Porque él mismo, la noche en que
iba a ser entregado y Del mismo modo, acabada la
cena, con las manos juntas.
c) Las palabras del Señor, si parece
conveniente, con la mano derecha extendida hacia el pan y
hacia el cáliz; pero en la elevación miran la Hostia y el
cáliz y luego se inclinan profundamente.
d) Así, pues, Padre, al celebrar
ahora el memorial y Dirige tu mirada sobre la ofrenda
de tu Iglesia, con las manos extendidas.
231. Las intercesiones: Que Él nos
transforme en ofrenda permanente, Te pedimos, Padre, que
esta Víctima de reconciliación y A nuestros hermanos
difuntos conviene encomendarlas a uno u otro de los
concelebrantes, quien las pronuncia en voz alta, solo, con las
manos extendidas.