PALABRA DE DIOS 

Domingo XIIº

Tiempo Ordinario (c)

 
"Tú eres el Mesías de Dios"


 

PRIMERA LECTURA
Zacarías 12, 10-11. 13, 1

PRESENTACIÓN

Tras la vuelta del destierro no se ven los cambios, las esperanzas alimentadas en la cautividad: ¿dónde está el triunfo tan anunciado y esperado? Todo va demasiado lento.

Zacarías quiere ayudarles a entender que la situación es transitoria, es un velo que cubre la realidad; se disiparán las tinieblas.

Un siglo después de las profecías de Zacarías poco habían cambiado las cosas y los ánimos.

Un nuevo profeta (el segundo Zacarías) añade unos capítulos al libro con la misma intención de infundir ánimos. Habla de la pronta llegada del día esperado, el Día de Yhavhé, día de gracia y de clemencia.

Una imagen, el Traspasado, nos recuerda al Siervo de Yhavhé de Isaías; con él comenzarán los tiempos nuevos.

Dos siglos más tarde los primeros cristianos verán en estas profecías de Zacarías uno de los más claros rasgos del Mesías.

En Jesús admirarán al humilde rey sentado en un pollino, al traspasado por su pueblo, al buen pastor, en fin, al que realiza el plan de salvación de Dios.

LECTURA DE LA PROFECÍA DE ZACARÍAS 12, 10-11; 13,1

Así dice el Señor:
«Derramaré sobre la dinastía de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de clemencia.
Me mirarán a mí, a quien traspasaron, harán llanto como llanto por el hijo único, y llorarán como se llora al primogénito.
Aquel día, será grande el luto en Jerusalén, como el luto de Hadad-Rimón en el valle de Meguido.»
Aquel día, se alumbrará un manantial, a la dinastía de David y a los habitantes de Jerusalén, contra pecados e impurezas.

Palabra de Dios

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 62

PRESENTACIÓN

El salmo 62 es, probablemente, la oración de un levita, desterrado de Jerusalén y alejado del templo, que recuerda con añoranza los días felices en que contemplaba a Dios en el santuario, viendo su fuerza y su gloria. Ahora la situación ha cambiado, pero el deseo y la esperanza de contemplar nuevamente el santuario perseveran. Alejado del templo, su alma se siente como tierra reseca, agostada, sin agua, pero el espíritu no desfallece, pues Dios volverá a otorgarle los antiguos favores, con mayor abundancia si cabe: Mis labios te alabarán nuevamente jubilosos, me saciaré como de enjundia y de manteca.

El alma del salmista está, desde el primer momento del día -por ti madrugo-, toda ella en tensión esperanzada hacia Jerusalén. Por ello su oración puede ser la expresión de la oración cristiana, sobre todo en esta primera hora del domingo. También nosotros, aunque quizá hoy nos encontremos como tierra reseca, agostada, sin agua, contemplamos la fuerza y la gloria de Dios en la carne del Resucitado; y este recuerdo alienta nuestra esperanza. Nuestra alma está sedienta de Dios, de felicidad, de vida, pero, como el salmista, estamos ciertos de que en el reino de Dios nos saciaremos como de enjundia y de manteca; y, si por un momento hemos de vivir aún en la dificultad y la noche, a la sombra de las alas del Señor esperamos tranquilos.-- [Pedro Farnés]

(SALMO 62 )

R/ MI ALMA ESTÁ SEDIENTA DE TI, SEÑOR, DIOS MÍO

Oh Dios, tú eres mi Dios,
por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
R/ MI ALMA ESTÁ SEDIENTA DE TI, SEÑOR, DIOS MÍO

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
R/ MI ALMA ESTÁ SEDIENTA DE TI, SEÑOR, DIOS MÍO

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
R/ MI ALMA ESTÁ SEDIENTA DE TI, SEÑOR, DIOS MÍO

Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,

y tu diestra me sostiene.
R/ MI ALMA ESTÁ SEDIENTA DE TI, SEÑOR, DIOS MÍO

 

 

SEGUNDA LECTURA
Gálatas 3, 26-29

PRESENTACIÓN

En la segunda lectura de hoy, el tema de la ley mosaica como innecesaria y abolida después de la venida de Cristo, pues la fe en él es lo que nos justifica ante Dios, es el problema básico de la carta a los Gálatas, en que Pablo responde a los judeocristianos que no acertaban a desprenderse de las formas judaizantes y que veían con recelo la doctrina y la praxis del apóstol.

Por eso, después de afirmar la función transitoria y pedagógica de la ley, afirma Pablo el paso a la realización actual de las promesas en la venida de Cristo y en la fe del Evangelio. Cristo es el acontecimiento decisivo de la historia de salvación; por la fe en él y por el bautismo somos constituidos todos en hijo de Dios, somos justificados. Al decir todos acentúa Pablo que no solamente los judíos, sino también las demás razas y pueblos.

(Servicio bíblico latinoamericano - Raúl)

DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS GÁLATAS  3, 26-29
 

Hermanos:
Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis revestido de Cristo.
Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús.
Y, si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.

Palabra de Dios

 

 
Aleluya Jn 10, 27
Mis ovejas escuchan mi voz -dice el Señor-, y yo las conozco, y ellas me siguen.

 

 

EVANGELIO
San Lucas 8, 18-24

PRESENTACIÓN

Tres partes componen la lectura: 1). La confesión mesiánica de Pedro (vv. 18-21); 2). El primer anuncio de la Pasión (v. 22); Lucas ha omitido la reprimenda que Jesús dirige a Pedro, cuando éste, ante el anuncio de la Pasión, se opone a ello; 3). Las condiciones para el seguimiento de Cristo (vv. 23-24)

Lucas es el único que nota significativamente la oración de Jesús que precede la confesión de mesianidad y al anuncio de la Pasión (v. 18). Como la figura del Mesías en la mente de los apóstoles estaba teñida de triunfalismos terrenos, Jesús les educa en ese gran misterio del Reino: su propia Pasión y Muerte (v. 22). Sigue finalmente un pasaje que nos recuerda el discurso apostólico de Mt. 10: condiciones que Jesús pide a sus seguidores: abnegación, disponibilidad absoluta y sufrimiento efectivo (vv. 23-24).

(Servicio bíblico latinoamericano - Raúl)

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 9, 18-24

Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
- «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.»
Él les preguntó:
- «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Pedro tomó la palabra y dijo:
«El Mesías de Dios.»
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día. »
Y, dirigiéndose a todos, dijo:
«El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.»
 

Palabra del Señor.