PRESENTACIÓN
El
salmo es una meditación sobre la vida humana. Comienza
cantando la grandeza de Dios, Señor del universo,
anterior a la formación de los montes, para quien mil
años son como un día.
"Señor,
Tú has sido para nosotros
un refugio de edad en edad.
Antes que los montes fuesen engendrados,
antes que naciesen tierra y orbe,
desde siempre hasta siempre tú eres Dios."
Frente
a esta grandeza, está la pequeñez del hombre, pobre,
sin consistencia, hecho de tierra.
"Tú
al polvo reduces a los hombres
diciendo: "Retornad hijos de Adán"
Porque mil años a tus ojos
son como un ayer que ya pasó,
una vela nocturna."
Qué
limitado es el ser humano. Nuestra existencia tiene la
fragilidad de la hierba que brota al alba;
inmediatamente oye el silbido de la hoz, que la reduce a
un montón de heno.
"Los
siembras año tras año
como hierba que se renueva;
que florece y se renueva por la mañana
y por la tarde la siegan y se seca."
Una
existencia tan efímera, unos años que pasan volando,
no se pueden desperdiciar. Ante esa fragilidad, pedimos
al Señor que nos dé un corazón sensato.
"Enséñanos
a calcular nuestros años
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos."
Sólo
la gracia de Dios puede dar consistencia y perennidad a
nuestras acciones diarias.
"Baje
a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos."
(SALMO 89 )
Señor,
tú has sido nuestro refugio de generación
en generación.
Tú
reduces el hombre a polvo,
diciendo: "Retornad, hijos de
Adán."
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna.
R. Señor,
tú has sido nuestro refugio de generación
en generación.
Los
siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
R. Señor,
tú has sido nuestro refugio de generación
en generación.
Enséñanos
a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón
sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos.
R. Señor,
tú has sido nuestro refugio de generación
en generación.
Por la
mañana sácianos de tu
misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras
manos.
R. Señor,
tú has sido nuestro refugio de generación
en generación. |
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