PRESENTACIÓN
El
salmo 89 es una meditación sobre la vida humana.
En
un bello estilo, lleno de metáforas y comparaciones, el
salmista canta primero la grandeza de Dios, Señor del
universo, anterior a todo lo creado.
"Antes
que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre, tú eres Dios"
Y
frente a esta grandeza divina, está la pequeñez e
indigencia del hombre. Dios es eterno; y ¿qué es
el hombre?, polvo; "eres polvo y al polvo
volverás" (Gn 3, 19)
"Tú
reduces el hombre a polvo
diciendo: "Retornad hijos de Adán".
Mil años en tu presencia
son un ayer que pasó,
una vela nocturna"
Sin
Dios, sin su misericordia, no somos nada; el pecado nos
hunde, nos lleva al abismo, nos hace tan limitados como
la hierba que brota al alba, enseguida oye el
silbido de la hoz y, al atardecer, es un montón de
heno. Pronto la lozanía de la vida deja paso a la
muerte.
"Los
siembras año tras año
como hierba que se renueva,
que florece y se renueva por la mañana
y por la tarde la siegan y se seca."
Si
el tiempo es corto y la existencia frágil, hemos de
aprovechar los años que el Señor nos da para que,
aceptándolos con realismo, adquiramos un corazón
sensato.
"Enséñanos
a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato."
Y
un gran deseo: vivir en la presencia del Señor,
acogidos a su bondad; nuestra vida se llenará de
alegría y estará llena de sentido.
"Por
la mañana sácianos de tu misericordia
y toda nuestra vida será alegría y júbilo;
baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos."
(SALMO 89 )
Señor,
tú has sido nuestro refugio de generación
en generación.
Tú
reduces el hombre a polvo,
diciendo: "Retornad, hijos de Adán."
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna.
R. Señor,
tú has sido nuestro refugio de generación
en generación.
Los
siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
R. Señor,
tú has sido nuestro refugio de generación
en generación.
Enséñanos
a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón
sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos.
R. Señor,
tú has sido nuestro refugio de generación
en generación.
Por la
mañana sácianos de tu
misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras
manos.
R. Señor,
tú has sido nuestro refugio de generación
en generación.
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