PALABRA DE DIOS 

 

PRIMERA LECTURA
Habacuc 1, 2-3; 2, 2-4

PRESENTACIÓN

El texto completo de Habacuc, 1,2 - 2,4, es uno de los más importantes del antiguo Testamento, en lo que se refiere a la fe de Israel.

Las coordenadas históricas se encuentran entre la decadencia de Asiria y el auge de Babilonia, aunque el texto no se refiera a un acontecimiento concreto, y la reflexión, el diálogo del profeta con Dios, pueda aplicarse a todos los acontecimientos similares.

El profeta se hace ante Dios las eternas preguntas: ¿Por qué no escuchas, Señor? ¿por qué permites desgracias, violencias, luchas, contiendas y catástrofes? ¿por qué la injusticia domina la tierra?

Caen unos poderes y surgen otros y al final son los mismos los que sufren, los pobres y los oprimidos.

La violencia, el terrorismo, las guerras y reyertas son el pan nuestro de cada día. ¿Por qué Dios sigue callando?

Dios da una primera respuesta: "Yo movilizaré a un pueblo cruel y resuelto que recorrerá la anchura de la tierra" (v 6a). Se espera que Babilonia acabe con la violencia de Asiria. Pero no ha sido así, ha hecho de su fuerza su dios (v 11)

De nuevo Habacuc se dirige a Dios: "Tus ojos son demasiado puros para estar mirando el mal..., ¿por qué contemplas en silencio a los traidores?

Quizás la respuesta del Señor no gusta o no es entendida. El mal no tiene la última palabra; el violento, el opresor, no triunfarán. Si el inocente, el justo, aun en medio de los grandes fracasos del presente, sigue fiándose, viviendo su fe, llegará a la felicidad; "si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse" (2, 3a)
 

HABACUC 1, 2-3; 2, 2-4

El justo vivirá por su fe

¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches?

¿Te gritaré: "Violencia", sin que me salves?

¿Por qué me haces ver desgracias, me muestras trabajos, violencias y catástrofes, surgen luchas, se alzan contiendas?

El Señor me respondió así: "Escribe la visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido.

La visión espera su momento, se acerca su término y no fallará;

si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse.

El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe."

Palabra de Dios

 

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 94

PRESENTACIÓN

Comienza el salmo con una invitación a la alabanza.

Alabanza al Señor porque es grande, por que no hay más dioses. Él es el único, los otros "diosecillos" no son nada: oro, plata, hechura humana. Sólo en él tenemos cimiento seguro, como el que edifica sobre roca.

"Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la roca que nos salva"

Cuántos motivos para darle gracias: es el Creador de todas las cosas y todas se mantienen en él, los abismos de la tierra y las altas cordilleras, la tierra y el mar.

"Entremos en su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos."

Él está en su santuario. Es la morada que ha elegido para permanecer con su pueblo. Con ellos ha caminado desde que el padre Abraham salió de Harrán; con ellos cruzó el desierto, sentado en la nube sobre la Tienda.

"Entrad, postrémonos por tierra
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía."

Y una llamada a la fidelidad: sus padres protestaron en el camino de la libertad. Él estaba allí; no les faltó pan, ni carne, ni agua; les libró de todos sus enemigos. Sin embargo, su corazón de piedra les impidió ver sus obras.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras"

 

(SALMO 94 )

Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:  "No endurezcáis vuestro corazón."

Venid, aclamemos al Señor, 
demos vítores a la Roca que nos salva; 
entremos a su presencia dándole gracias, 
aclamándolo con cantos. 
R.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:  "No endurezcáis vuestro corazón." 

Entrad, postrémonos por tierra, 
bendiciendo al Señor, creador nuestro. 
Porque él es nuestro Dios, 
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. 
R.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:  "No endurezcáis vuestro corazón."

Ojalá escuchéis hoy su voz: 
"No endurezcáis el corazón como en Meribá, 
como el día de Masa en el desierto; 
cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, 
aunque habían visto mis obras." 
R.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:  "No endurezcáis vuestro corazón."

 

SEGUNDA LECTURA
2Timoteo 1, 6-8. 13-14

PRESENTACIÓN

Es la segunda carta que Pablo escribe a Timoteo. Está en la cárcel por Cristo: "No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor ni de que yo esté en la cárcel por él" (1, 8).

Tiene ganas de verle para "refrescar la memoria de su fe sincera" (1, 5), esa fe que recibió de su familia, su madre y su abuela.

Muchos le han vuelto la espalda en Asia (1, 15), otros, no.

Le anima a la fidelidad y a la entrega de su vida a la causa del evangelio. Para eso fue ordenado y recibió la imposición de manos.

El Espíritu Santo debe ser su fuerza. No es fácil la tarea de la evangelización, pero Dios camina a nuestro lado y, con él, tendremos la valentía y el amor necesarios.

Sin miedos ni vergüenza; hay que dar la cara por Cristo, aunque esto lleve a la cárcel, como a él; no es ningún baldón. 

¿Es que Cristo no nos salvó? Él nos ha llamado para que entreguemos la vida por él y el evangelio; para dar a todo el mundo la Buena Noticia de la salvación.

Pablo se presenta ante su discípulo y colaborador en la misión como "heraldo, apóstol y maestro" (1, 11). Por fidelidad a Cristo está encarcelado, pero su fe es más fuerte que sus sufrimientos y, con la ayuda del Señor, llegará hasta el final.

La enseñanza que ha recibido de Pablo debe mantenerla intacta. El Espíritu Santo le ayuda. La verdadera enseñanza a cerca de la fe y el amor cristiano no puede perderse.
 

2 TIMOTEO 1, 6-8. 13-14

No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor

Querido hermano:

Reaviva el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio.

No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero.

Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios.

Ten delante la visión que yo te di con mis palabras sensatas y vive con fe y amor en Cristo Jesús.

Guarda este precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.

Palabra de Dios

 

 

ACLAMACIÓN
(1Pe 1, 25)

   La Palabra de Dios permanece eternamente; y esa palabra es el Evangelio que os anunciamos.

 

EVANGELIO
Lucas 17, 5-10

PRESENTACIÓN

La primera parte de la lectura nos habla de la eficacia de la fe. Una auténtica fe en Dios podría conseguir cosas asombrosas, tan asombrosas como sería que un árbol se arrancara de raíz y se plantara en el mar. Una fe verdadera, por pequeña que sea, obtiene grandes efectos. Necesitamos que el Señor aumente nuestra fe.

La segunda parte de la lectura es la parábola del criado. En una sociedad de amos y siervos entra dentro de la lógica que el criado sirva al amo, aunque esté cansado porque vuelve del campo. No es nada del otro mundo; no debe pedir tratos especiales por cumplir con su deber.

Con esta parábola San Lucas nos da a entender cómo debe ser nuestra relación con Dios: por una parte, quién es él y quiénes somos nosotros, y por otra parte, con qué méritos y exigencias nos podemos presentar ante él. Conviene dejar bien sentado que Dios es el Señor y que el hombre no puede pleitear con él ni pasarle factura por sus buenas obras. Dios nos salva porque quiere, gratuitamente.

La gratuidad del don nos debe llevar a la humildad, a aceptarnos tal como somos y a entregar nuestra vida al Señor, ya que somos propiedad suya. Al final tenemos que decir: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer".

Pero tampoco olvidemos aquello: "Dichosos esos criados si el amo al llegar los encuentra en vela: os aseguro que él se pondrá el delantal, los hará recostarse y les servirá uno a uno" (Lucas 12, 37)
 

LUCAS 17, 5-10

¡Si tuvierais fe ... !

En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor: "Auméntanos la fe."

El Señor contestó: "Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería.

Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le diréis: 'Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado?

Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.""

Palabra del Señor.