PRESENTACIÓN
Comienza
el salmo con una invitación a la alabanza.
Alabanza
al Señor porque es grande, por que no hay más dioses.
Él es el único, los otros "diosecillos" no
son nada: oro, plata, hechura humana. Sólo en él
tenemos cimiento seguro, como el que edifica sobre roca.
"Venid,
aclamemos al Señor,
demos vítores a la roca que nos salva"
Cuántos
motivos para darle gracias: es el Creador de todas las
cosas y todas se mantienen en él, los abismos de la
tierra y las altas cordilleras, la tierra y el mar.
"Entremos
en su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos."
Él
está en su santuario. Es la morada que ha elegido para
permanecer con su pueblo. Con ellos ha caminado desde
que el padre Abraham salió de Harrán; con ellos cruzó
el desierto, sentado en la nube sobre la Tienda.
"Entrad,
postrémonos por tierra
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía."
Y
una llamada a la fidelidad: sus padres protestaron en el
camino de la libertad. Él estaba allí; no les faltó
pan, ni carne, ni agua; les libró de todos sus
enemigos. Sin embargo, su corazón de piedra les
impidió ver sus obras.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras"
(SALMO 94 )
Ojalá
escuchéis hoy la voz del Señor:
"No endurezcáis vuestro corazón."
Venid,
aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos
salva;
entremos a su presencia dándole
gracias,
aclamándolo con cantos.
R. Ojalá
escuchéis hoy la voz del Señor:
"No endurezcáis vuestro corazón."
Entrad,
postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador
nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él
guía.
R. Ojalá
escuchéis hoy la voz del Señor:
"No endurezcáis vuestro corazón."
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en
Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a
prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis
obras."
R. Ojalá
escuchéis hoy la voz del Señor:
"No endurezcáis vuestro corazón."
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