PALABRA DE DIOS 

 

PRIMERA LECTURA
Éxodo 17, 8-13

PRESENTACIÓN

La revelación de Dios a los hombres ha sido progresiva, hasta que llegó el momento oportuno y el Padre envió al Hijo, plenitud de la revelación de Dios.
Y el Hijo envió el Espíritu Santo para que nos vaya acompañando en el entendimiento, la profundización y la puesta en práctica de la revelación dada.
       El tema de hoy se refiere a la eficacia de la oración. La aplicación a la guerra debe colocarse en su lugar y en su tiempo, aunque demasiadas veces, aun después de la revelación de Cristo, que nos dice: "Bienaventurados los que trabajan por la paz" (Mt 5,9), "Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen" (Mt 5,44), se ha bendecido la guerra.
      La fuerza de la oración está en la fe y en la perseverancia, en saber acoger muchas veces el "silencio de Dios"; también en el saber pedir.

ÉXODO 17, 8-13

En aquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín.

Moisés dijo a Josué:

-Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte con el bastón maravilloso en la mano.

Hizo Josué lo que le decía Moisés y atacó a Amalec; Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima del monte.

Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía bajada, vencía Amalec: Y como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentase; Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado.

Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol.

Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada.

Palabra de Dios

 

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 120

PRESENTACIÓN

El breve salmo 120 es un canto a la confianza en Dios. Expresa el sentimiento de seguridad y de paz que experimenta el que ha puesto en Dios toda su confianza De por sí el hombre es un ser desvalido y pobre. Se siente desamparado con sólo abrir sus ojos al mundo que le rodea. Este mundo se le presenta lleno de misterio, de interrogantes, de dolor, de riesgos y adversidades. Peligros en la naturaleza y los elementos (tempestades, inundaciones, incendios), en los hombres (enemigos, injusticias, crueldades), ante la historia (pasado que condiciona y marca), ante la muerte (inevitable y hermética), en sí mismo (contradicciones, incoherencias).

Esto es el hombre, insignificante y débil, presa fácil de cualquier peligro y de cualquier conflicto. La literatura moderna y el cine se han encargado ampliamente de presentarnos la soledad del hombre, el problema del sentido de su vida, el absurdo, la angustia del vivir. Por esto el salmo 120 da la impresión de un reto al alud de dificultades de la vida humana. Se nos antoja como un oasis en medio del desierto. Y en el fondo expresa lo que el corazón del hombre más ansía: la serenidad y la seguridad.

Sus ocho versículos son como una lección de vida y esperanza que, repetida con frecuencia, asimilada, se convierte en un factor decisivo en la construcción del hombre de fe. Las ideas de este salmo van configurando la mente del hombre bíblico en un sentido de confianza y de paz que encontrarán su perfección en Cristo Jesús, el hombre que se había confiado enteramente a la bondad del Padre celestial de quien se sentía amado y protegido.

 

(SALMO 120 )

R/. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?,
el auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
R/. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
R/. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha,
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
R/. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
R/. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

 

SEGUNDA LECTURA
2Timoteo 3,14-4,2

PRESENTACIÓN

Somos herederos de un gran tesoro que ha ido pasando de generación en generación: la Palabra de Dios, el Evangelio de Jesucristo, Buena Noticia.
      La Palabra de Dios, que está por encima de las palabras de tantos y tantos charlatanes, de tantos y tantos que prometen y prometen, de tantos y tantos que se dicen intelectuales y sabios.
     Ella es, la palabra de Dios, la que nos da la verdadera sabiduría, la que ilumina el camino de la verdad, la que nos guía por el camino del bien, la que nos da la verdadera felicidad, que todos andamos buscando.
     Cuando tantos y tantos quieren acallar la Palabra, el cristiano tiene que hacerla vida, testimonio y compromiso.
Si el mensaje es importante, porque es la Palabra de Dios, también lo es el mensajero, tú y yo, que debemos hacerla llegar.


 

2TIMOTEO 3, 14-4, 2

Querido hermano:

Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado; sabiendo de quién lo aprendiste, y que de niño conoces la Sagrada Escritura: Ella puede darte la sabiduría que por la fe en Cristo Jesús conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud: así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena.

Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos te conjuro por su venida en majestad: proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta con toda paciencia y deseo de instruir.

Palabra de Dios

 

 

ACLAMACIÓN
(Heb 4, 12)

   La palabra de Dios es viva y eficaz; juzga los deseos e intenciones del corazón.

 

EVANGELIO
Lucas 18, 1-8

PRESENTACIÓN

"Orar siempre sin desanimarse".
         Y nos desanimamos porque esperamos resultados inmediatos, tangibles, en la dirección de nuestras peticiones.
        Pero si no hay fe, si no me fío de Dios, que me escucha, que quiere lo mejor para mí, que tiene una visión más amplia que la mía, siempre dudaré, diré que no me atiende si no se realiza lo que pido y tal como lo pido.
      La oración nos hace tomar conciencia de que no estamos solos en ningún momento, sobre todo en los difíciles; que la vida, con todos sus problemas, a veces angustiosos, debemos llevarla adelante, pero que no nos falta la cercanía, la ayuda y la fuerza del Señor para seguir caminando, para encontrar sentido a lo que, de por sí, no lo tendría.
     "A Dios rogando..."


 

LUCAS 18, 1-8

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:

-Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: «Hazme justicia frente a mi adversario»; por algún tiempo se negó; pero después se dijo: «Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara.»

Y el Señor respondió:

-Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?, ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?

Palabra del Señor.