PALABRA DE DIOS 

 

PRIMERA LECTURA
Malaquías 3, 19-20a

PRESENTACIÓN

En el libro de Malaquías el Señor pleitea con su pueblo, que le echa en cara que los ha abandonado: "Yo os he amado, dice Yhavhé. Pero vosotros decís: ¿En qué has demostrado ese cariño?" (1, 1b-2).

¿Quiénes son ellos para acusar a Yhavhé? No le están dando la honra que le deben, están menospreciando su nombre y profanándolo; le ofrecen en sacrificio lo peor que tienen, lo que no vale para nada: "la bestia ciega, coja o enferma".

Los sacerdotes tampoco están cumpliendo con su deber: se han desviado del camino de Yhavhé y "han hecho que muchos tropiecen en cosas de la Ley" (2, 8)

Por si fuera poco, han dado cabida en el templo a una divinidad cananea, que lo comparte con el Señor: "Judá ha profanado el santuario preferido de Yhavhé, casándose con la hija de un dios extranjero" (2, 11b).

Han despreciado el matrimonio tal como Dios lo quiere: "Yhavhé ha visto cómo tú traicionas a la esposa que tomaste cuando eras joven" (2, 14b). "Odio el divorcio, dice Yhavhé" (2, 16).

Acusan a Yhavhé de preferir y premiar a los que hacen el mal en detrimento de los que hacen el bien, preguntándose: "¿Dónde estará el Dios que hace justicia?

Pues bien, Malaquías anuncia el día de Yhavhé, que les envía su mensajero: los purificará y refinará como se hace con la plata; volverán a ser auténticos como el oro y la plata y cada uno quedará en su sitio: los orgullosos y los que hacen el mal, serán quemados como paja; a los que hagan el bien, les brillará el sol de justicia.

MALAQUÍAS 3, 19-20a

Os iluminará un sol de justicia

Mirad que llega el día, ardiente como un horno:
malvados y perversos serán la paja, 
y los quemaré el día que ha de venir
-dice el Señor de los ejércitos-, 
y no quedará de ellos ni rama ni raíz.

Pero a los que honran mi nombre 
los iluminará un sol de justicia 
que lleva la salud en las alas.

Palabra de Dios

 

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 97

PRESENTACIÓN

El día del Señor es el día de la plenitud. Él es fiel y cumple sus promesas de salvación.

Todos esperamos al Señor que llega. Todos aclamamos al Rey y Señor. Preparemos una entrada solemne al que ha hecho maravillas.

"Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas
aclamad al Rey y Señor."

Todos, hasta los confines del mundo, han visto sus obras salvíficas. Por eso, que toda la creación aplauda a quien viene a regir la tierra.

"Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan.
Aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor que llega a regir la tierra"

Él juzga con la vara de medir del amor y la misericordia, y la rectitud es el adorno de su casa

"Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud."

 

(SALMO 97 )

El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

Tañed la cítara para el Señor, 
suenen los instrumentos: 
con clarines y al son de trompetas, 
aclamad al Rey y Señor. 
R.
El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

Retumbe el mar y cuanto contiene, 
la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, 
aclamen los montes al Señor, 
que llega para regir la tierra. 
R.
El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

Regirá el orbe con justicia 
y los pueblos con rectitud. 
R.
El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

 

SEGUNDA LECTURA
2 Tesalonicenses 3, 7-12

PRESENTACIÓN

Ya había prevenido Pablo a la comunidad de Tesalónica de aquellos que les estaban alarmando con supuestas palabras suyas o escritos en los que afirmaba la inmediatez de la vuelta del Señor.

El caso es que en la comunidad se está dando una situación que hay que atajar.

Algunos se están dando a estériles discusiones sobre el fin de los tiempos; con la excusa de que están preparándose para la vuelta del Señor, han dejado de trabajar y la comunidad debe mantenerlos; más aún, con tanto tiempo para la ociosidad, no hacen más que meterse en todo.

Pablo es tajante: deben trabajar para ganarse el propio pan. El que no trabaje, que no coma.

La caridad cristiana no puede favorecer la pereza. Es preciso que cada uno, pudiendo, coma del fruto de su trabajo; no se debe ser carga para nadie.

El mismo Pablo se pone como ejemplo. Aunque tenía derecho a vivir del ministerio, no lo ha hecho; ha trabajado día y noche.

El trabajo dignifica a la persona. Tal vez esto no era muy entendido en el mundo griego en el que, algunos, dejando las tareas manuales a sus esclavos, se dedicaban a filosofar o, simplemente, a no hacer nada.

2 TESALONICENSES 3, 7-12

El que no trabaja, que no coma

Hermanos: Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie.

No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar.

Cuando vivimos con vosotros os lo mandarnos: el que no trabaja, que no coma.

Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada.

Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan.

Palabra de Dios

 

 

ACLAMACIÓN
(Lucas, 21, 28)

 Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.

 

EVANGELIO
Lucas 21, 5-19

PRESENTACIÓN

Qué orgullosos estaban aquellos judíos, contemporáneos de Jesús, de su templo de Jerusalén. Tal vez no llegaba al esplendor del de Salomón, pero los arreglos y mejoras habían durado más de cuarenta años.

Aquella piedra blanca que reflejaba el sol, dándole un tono dorado; los ricos exvotos que los fieles judíos de la diáspora traían de todas las partes del mundo... Era la morada de Dios en la tierra y, como Dios, iba a durar eternamente.

Las palabras de Jesús anunciando la destrucción de Jerusalén y el templo, habían caído como un jarro de agua fría.

La pregunta es normal: ¿Cuándo va a suceder esto?

Jesús habla de dos momentos: la destrucción de Jerusalén y la nación judía, con la consiguiente dispersión de sus habitantes, y el fin de los tiempos, de la historia humana.

Ambos momentos están presentados dentro del género literario apocalíptico, abundante en signos y manifestaciones catastróficas.

Se presentan los últimos tiempos, tanto de Jerusalén como del mundo, como tiempos de confusión y falsos Mesías: habrá predicadores de la llegada inmediata del fin del mundo: "no vayáis tras ellos", dice Jesús. Ante momentos difíciles de guerras y revoluciones: "no tengáis pánico", "el final no vendrá enseguida".

Y una realidad que no se circunscribe a los tiempos últimos, al contrario, está presente en todo momento: la persecución; persecución por parte de los judíos y de reyes y gobernadores; hay que ser valientes y dar testimonio de Cristo.

La traición puede venir de los más cercanos, los familiares; en todo caso Cristo estará al lado e inspirará lo que hay que decir y hacer.

A la hora de la verdad, ellos triunfarán; no perecerá ni un cabello de la cabeza, tendrán la vida para siempre.

LUCAS 21, 5-19

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido."

Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?"

Él contesto: "Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca; no vayáis tras ellos.

Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.

Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida."

Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.

Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.

Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.

Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía.

Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas."

Palabra del Señor.