PALABRA DE DIOS 

 

 

PRIMERA LECTURA
Jeremías 1, 4-5. 17-19

PRESENTACIÓN

La misión de Jeremías abarca cuarenta años 626-587 a.C. y durante los reinados de Josías, Yoyaquim y Sedecías, es decir, hasta la deportación a Babilonia.

Comienza el relato presentándonos Jeremías su vocación, llamada y envío, y la época en la que tuvo lugar: en tiempo del rey Josías, el reformador.

Ha sido "escogido" antes de formarse en el vientre materno , "consagrado" dentro del seno materno y "llamado" a ser profeta.

Como joven que es, se excusa ante el Señor, no ve claro que lo elija. Pero el Señor se ha fijado en él y basta: "adondequiera que yo te envíe, irás" (v7), "no les tengas miedo que estoy contigo" (v8), "mira que he puesto mis palabras en tu boca" (v 9b).

Su vida va a ser un duro combate; ha de luchar constantemente contra sus paisanos que abrigaban falsas esperanzas con el declive de Asiria. El poder de Babilonia está a la puerta y hay que saber dónde colocarse. Hablará en nombre del Señor, pero tanto él como sus palabras serán rechazados.

No se le ha dado una misión fácil; a él le ha tocado denunciar y amenazar a su pueblo, cuando, por su carácter y el aprecio que les tiene, haría todo lo contrario.

Pero Jeremías ha cumplido; el Señor ha estado a su lado y lo ha hecho "plaza fuerte", "columna de hierro", y "muralla de bronce".

Nadie podrá contra él, ni reyes ni príncipes; ni sacerdotes ni gente del campo. Resistirá los malos golpes. Parecerá estar sólo ante el peligro, un David frente a Goliat, un soldado frente a un ejército, una muralla sitiada; pero no está solo, tiene más fuerza que nadie. El Señor le ha dicho: "no les tengas miedo; yo estoy contigo para librarte"

 

LIBRO DEL PROFETA JEREMÍAS 1, 4-5. 17-19

Te nombré profeta de los gentiles

En los días de Josías, recibí esta palabra del Señor: "Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré:

te nombré profeta de los gentiles.

Tú cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando.

No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos.

Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país:

frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo.

Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte." Oráculo del Señor

Palabra de Dios

 

 

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 70

PRESENTACIÓN

No se sabe bien quién es el autor del salmo; unos lo atribuyen a David, otros a Jeremías. Lo cierto es que quien compuso este salmo, ya anciano, y mirando hacia atrás, y viendo su vida, con las pruebas y dificultades, reconoce que el Señor ha estado ahí, a su lado, para salvarle.

"Mi boca anunciará tu salvación"

Y así, desde su confianza en Dios, sigue pidiendo que le socorra, porque con él no hay derrota posible.

"A ti, Señor, me acojo
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame"

Esa confianza se convierte en seguridad, en fuerte cimiento capaz de resistir todas las tormentas y vendavales de la vida. El Señor es "refugio y roca".

"Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú"

Y esa confianza, que se convierte en seguridad, se debe a la experiencia de la cercanía del Señor. Siempre ha estado a su lado, desde el seno materno.

"Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno, tú me sostenías"

El salmista no puede dejar de cantar y contar a todos la cercanía del Señor para que otros también la puedan experimentar.

"Mi boca contará tu auxilio
y todo el día tu salvación

(SALMO 70 )

R/ MI BOCA CONTARÁ TU SALVACIÓN, SEÑOR

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame.
R/ MI BOCA CONTARÁ TU SALVACIÓN, SEÑOR
 

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú,
Dios mío, líbrame de la mano perversa.
R/ MI BOCA CONTARÁ TU SALVACIÓN, SEÑOR
 

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías.
R/ MI BOCA CONTARÁ TU SALVACIÓN, SEÑOR
 

Mi boca contará tu auxilio,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas.
R/ MI BOCA CONTARÁ TU SALVACIÓN, SEÑOR

 

SEGUNDA LECTURA
1ª Corintios 12, 31- 13, 13

PRESENTACIÓN

Después de hablar San Pablo del tema de los carismas y del tema del Cuerpo de Cristo y de sus miembros, habiendo dicho que hay carismas muy diversos y miembros del cuerpo también diferentes, ahora trae un camino mejor, un camino que unifica la diversidad de dones y carismas y la diversidad de miembros del cuerpo: el amor cristiano.

El texto se divide en tres partes: primero se subordinan todos los carismas al amor; segundo, se describe el comportamiento de los que se dejan guiar por el amor, amor que es participación del único Amor, cuyo comportamiento debemos hacer nuestro; en tercer lugar, nos remarca la permanencia de este amor, que no pasa nunca.

Así, pues, el amor se convierte en el punto central de la vida cristiana. sin él todo lo demás queda vacío.

El don de lenguas, sin amor..., el don de predicción, sin amor..., la fe, sin amor..., el desprendimiento, sin amor...; pero no un amor cualquiera, sino un amor como el de Dios, vivido plenamente en Cristo.

Amor comprensivo, servicial, sin envidias; amor que escucha, respeta, acoge y perdona; amor que disculpa, cree, espera y aguanta siempre.

Así hemos sido amados, así debemos amar y este es el camino para "verle cara a cara", para conocerle como él nos conoce.

1ª CARTA DE SAN PABLO A LOS CORINTIOS 12, 31-13, 13

Quedan la fe, la esperanza, el amor; la más grande es el amor

Hermanos: Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional.

Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.

Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.

Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.

El amor no pasa nunca.

¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará.

Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará.

Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño.

Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce.

En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

Palabra de Dios

 

 

ACLAMACIÓN
 

El Señor me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad.

 

EVANGELIO
Lucas 4, 21-30

PRESENTACIÓN

La semana pasada escuchábamos el discurso programático de Jesús, haciendo suyo un pasaje del profeta Isaías. Hoy se comienza con el comentario con el que terminaba la semana pasada: "Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír".

Tal vez causó extrañeza entre sus paisanos el que no hiciera suya la frase siguiente del texto de Isaías, ya que tras el "año de gracia del Señor", sigue diciendo: "día de venganza de nuestro Dios".

¿Quién es Jesús para retocar la Escritura? A la admiración le sigue la duda: ¿No es éste el hijo de José?.

Y tras la duda, el rechazo. Uno de su pueblo no puede ser profeta y, si lo es, los primeros beneficiarios deben ser los suyos, no los de lejos, sean de las aldeas cercanas como Cafarnaum, sean los extranjeros.

Pero el Dios que elige, consagra y envía como Buena Noticia para los pobres y para los que sufren, para los cautivos y oprimidos, para instaurar un año de perdón y comienzo, no lo hace para unos pocos sino para todos, también para los de fuera como la viuda de Sarepta y Naamán el sirio.

Las palabras de Jesús no eran compatibles con los que se creen el único pueblo de Dios, con los que quisieran el día de la venganza de Yhavhé.

Por eso lo rechazan y lo quieren tirar por el barranco; lo que ha dicho se acerca a la herejía.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS  4, 21-30

Jesús, como Elías y Eliseo, no es enviado sólo a los judíos

En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír."

Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.

Y decían: "¿No es éste el hijo de José?"

Y Jesús les dijo: "Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún."

Y añadió: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, mas que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, mas que Naamán, el sirio."

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo.

Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba

Palabra del Señor.