PRESENTACIÓN
Jesús
ha celebrado la Última Cena con los suyos en el ambiente de
las fiestas de Pascua.
En
toda Jerusalén innumerables corderos eran sacrificados en
el Templo y repartidos en las familias.
En
las casas, el primer día de la fiesta, fiesta del pan sin
levadura, los ázimos, había que limpiar bien la casa para
deshacerse de la levadura vieja, para cambiarla después por
la nueva.
Estos
dos ritos conmemoraban la liberación de Egipto, el día que
Dios pasó para hacerse un pueblo libre, y la alianza que
selló con ellos en el Sinaí.
Celebrar
la Pascua era volver a entrar en la Alianza, vivir de una
manera nueva, quitarse los viejos fermentos, romper
cadenas.
Jesús
quiere vivir los últimos momentos de su vida en esta clave
de Alianza y liberación: "Tomad, esto es mi
cuerpo"; "Esta es mi sangre, sangre de la Alianza,
derramada por todos"
Así
pues, Jesús ha dado a su muerte el sentido de un
sacrificio, el de la Nueva Alianza. Y así puede
comparársele al cordero pascual cuya sangre sellaba la
alianza entre el Dios liberador y su pueblo.
LECTURA
DEL EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 14,
12-16. 22-26
Esto
es mi cuerpo. Ésta es mi sangre
El primer
día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el
cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
"¿Dónde quieres que vayamos a
prepararte la cena de Pascua?"
Él envió
a dos discípulos, diciéndoles:
"Id a la
ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro
de agua; seguidlo y, en la casa en que entre,
decidle al dueño: "El Maestro pregunta:
¿Dónde está la habitación en que voy a
comer la Pascua con mis discípulos?"
Os
enseñará una sala grande en el piso de
arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí
la cena."
Los discípulos se marcharon,
llegaron a la ciudad, encontraron lo que les
había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Mientras comían. Jesús tomó un pan,
pronunció la bendición, lo partió y se lo
dio, diciendo: "Tomad, esto es mi
cuerpo." Cogiendo una copa, pronunció la
acción de gracias, se la dio, y todos
bebieron. Y les dijo: "Ésta es mi
sangre, sangre de la alianza, derramada por
todos. Os aseguro que no volveré a beber del
fruto de la vid hasta el día que beba el vino
nuevo en el reino de Dios."
Después de
cantar el salmo, salieron para el monte de los
Olivos.
Palabra
del Señor
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